Un desconocido se coge a mi esposa. Relato de nuestra primer experiencia swinger.

Cuando me disponía a preguntarle a Lula sobre si había visto a algún single que le agradara, entró un joven como de nuestra edad, de tez clara y con barba desaliñada estilo leñador. Al instante me di cuenta que Lula había encontrado al afortunado que se la cogería...

Esta es la primera vez que compartimos una experiencia dentro de un blog como pareja swinger y para Hot Secrets. Esperamos que disfruten tanto de este recuerdo de rico sexo como nosotros lo disfrutamos en su momento.

En esta ocasión les platicaré sobre nuestra primera experiencia sexual en el mundo liberal, la cual se dió con un desconocido en un club swinger de la ciudad de Guadalajara.

Para aquellos que aún no nos conocen, mi esposa Lulacachonda es una mujer muy

 sensual, intensa y a la que le encantan las aventuras sexuales. 

Lula es de cuerpo delgado, con una piel muy suave, de tetas pequeñas y un culito lo suficientemente parado y redondito como para levantar las mirada de cualquier hombre.

En cuanto a mí, Afro soy un caballero, con descendencia haitiana de 1.82 cm de altura, delgado y con un pene grande y grueso para satisfacer a las mujeres y hacerlas llegar a orgasmos muy ricos. 

 Nuestra relación de casados siempre contó con una vida sexual activa, de constante experimentación en cuanto a nuevas posisiones, lugares para tener sexo y experiencias llenas de morbo, lujuria, pasión y mucha diversión.

Como parte de nuestro estilo de vida sexual, las fantasías y conversaciones sobre experimentar cosas nuevas eran más frecuentes. Disfrutamos de contarnos nuestras fantasías o de salir de paseo y de observar cómo otros hombres miraban con lujuria a Lula. Tanto disfrutamos de esas conversaciones y momentos que empezamos a incluirlos en la alcoba.

Jugábamos a ser otras personas mientras teníamos sexo. En ocasiones yo me hacía pasar por el vecino, por algún compañero de trabajo de Lula o por algún repartidor de comida rápida que se aprovechaba de mi ausencia para seducir y fornicarla con lujuria. En otras ocasiones Lula se hacía pasar por la sexy secretaría que trabajaba para mí y me seducía contoneándose por la oficina, acomodando su falda, o escote de tal manera que me dejara ver la deliciosa vagina que ocultaba entre sus piernas.

Todo este jugueteo nos excitaba a tal punto que terminábamos cogiendo como dos animales en celo. Cada vez que acariciaba con mis dedos o con mi lengua la bien rasurada vagina de Lula, me percataba de lo mojada, caliente y excitada que se ponía por realizar estos juegos.

Fue entonces que un buen día mientras la estaba penetrando le pregunté si le gustaría que en verdad otro hombre fuera quien la estuviera cogiendo. Su respuesta la supe casi de inmediato al sentir como su húmeda vulva se contraía a causa de un orgasmo. Ella me respondió que sí, que deseaba ser poseída por otro hombre. Me dijo que le gustaría sentir una verga erecta de otro hombre entrando en su caliente "puchita" y sentirse dominada por el placer de otro macho. 

Escuchar eso me excitó aún más y comencé  a actuar como si fuera ese otro hombre. Intenté que mis caricias y la forma en la que la besaba fueran distintas a la forma ya común de hacerlo, incluso la forma en que la penetraba era con mayor intensidad y le susurraba preguntas como: ¿Te gusta cómo te estoy destrozando el coño? ¿Crees que a tu esposo le guste ver como te cojo como a una perra? y le hacía comentarios como "sí que eres toda una putita, te estas tragando toda mi verga mientras tu esposo trabaja". Y Lula me respondía entre gemidos "si papi, cógeme más, así de duro, quiero que me destroces con tu enorme verga y que me llenes de leche todo mi culito", "mi esposo sabe que estoy cogiendo contigo..." "si, soy tu putita, metemela toda”.

Después de pasarnos casi toda la noche cogiendo jugando a la putita y el corneador, le volví a preguntar que si en verdad le gustaría sentir la verga de otro hombre y para mi sorpresa, su respuesta fue que sí y que no sólo la verga de un hombre, sino que las vergas de muchos hombres que quería coger con cuantos hombres le fuera posible, pero que sentía algo de miedo, que sólo lo haría si yo la acompañaba y estaba ahí presente para protegerla. Terminó agregando que quería sentir a dos hombres a la vez. Sí que eres toda una putita, le dije, y le aseguré que le conseguiría a todos los hombres que ella quisiera y que siempre estaría para protegerla y complacerla en su fantasía más caliente que me había confesado.

Después de un tiempo de seguir con nuestras vidas cotidianas y seguir aplicando diversos juegos de rol, Lula aceptó crear un perfil en instagram en el cual exhibiría su cuerpo y compartiría con sus seguidores sus fantasías y anécdotas sexuales conmigo. Al notar que el número de seguidores de Lula se incrementaba rápidamente, decidimos crear un perfil de pareja, pero ahora en Twitter, con la intención de seguir exhibiendo nuestras travesuras sexuales como pareja, con el objetivo de contactar con algún caballero para que nos acompañara a realizar la fantasía de mi esposa.

Poco a poco fuimos descubriendo el maravilloso mundo liberal y el ambiente swinger fue lo que nos llamó la atención desde un principio. A través de publicaciones de otros usuarios fuimos descubriendo la existencia de varios clubes en los que se realizaban el intercambio de parejas. Hicimos algunos seguidores y nos enteramos de eventos que se organizaban en casa de parejas o en los clubes. Fue entonces cuando nos enteramos que el Sweet Club de Guadalajara organiza fiestas cada fin de semana y nuestra curiosidad por conocer el ambiente swinger en persona fue tan grande que acudimos un par de ocasiones, aunque solo fuimos a ver y a que otros nos vieran coger, sin interactuar sexualmente con otras parejas o solteros.

Después de varias visitas al club y de terminar teniendo sexo entre nosotros nada más, Lula en tono un tanto de enojo me comentó que ya no le era atractivo ir al club a tener sexo solo conmigo, que lo mejor sería ya no ir.

Todo desilusionado, seguí tuiteando y navegando por esa red social y descubrí que el Sweet Club también abre los días jueves y que es exclusivo para parejas y singles. Al ver eso bajé corriendo las escaleras de la casa hasta donde se encontraba Lula y entre la agitación por haber bajado corriendo y la excitación de la noticia le dije a Lula "ve a arreglarte, hoy saldremos y te cogerás a un single" y ella todavía con un tono un poco de enfado me dijo que mejor ya olvidáramos eso y que continuáramos con nuestras vidas normales, pero yo le conté lo que había descubierto y creo que al verme tan emocionado, ella terminó aceptando y se fue a arreglar.

Ya entrada la noche, nos dirigimos al club, pero justo antes de entrar me invadió un sentimiento de nervios combinado con morbo y celos provocado por la idea de que por fin vería a mi amada esposa tener sexo con otro hombre, tanto fue el nervio que terminé vomitándo. Tuvimos que regresarnos en busca de una farmacia para comprar agua, pasta dental y algo para calmar mis nervios. Lula al verme tan nervioso, me preguntó que si estaba seguro de querer hacer esto y yo le respondí que sí, pero que sí sentía un cúmulo de sensaciones encontradas. Le regresé la pregunta a la cual ella me respondió que se sentía más que segura y que no le gustaría que esta oportunidad se echara a perder, pero que si yo no deseaba continuar, ella comprendería y nos regresaríamos a casa.

Después del incidente de nervios, regresamos al club ya más relajados y antes de entrar, Lula me recordó que quería sentirse protegida por mi y me dió un par de indicaciones que le gustaría que yo hiciera. La primera era que nunca la dejara sola y que participara en el acto sexual y la segunda indicación era que no me pusiera a dirigir como si de una película porno se tratara y yo fuera el director de escena. Ambos nos reímos como acto final para liberar los nervios.

Una vez adentro, nos dimos cuenta de que efectivamente se trataba de una noche exclusiva para parejas y singles. En todo el lugar solo vimos a otras tres parejas y cerca de cincuenta hombres bien vestidos, perfumados y de diferente complexión y tamaño, pero todos con la misma intención, coger con la esposa de otro hombre.

Después de pedir unos tragos, decidimos caminar por el lugar para ver las opciones que habían y después de observar a casi todos los singles disponibles y de unas cuantas nalgadas al culito de Lula y de piropos diversos que le hicieron nos sentamos en una mesa que daba hacia la entrada y se encontraba cerca de la barra.

Cuando me disponía a preguntarle a Lula sobre si había visto a algún single que le agradara, entró un joven como de nuestra edad (aparentemente, porque después supimos que era 6 años más grande que nosotros) vestía pantalón de lana color caqui, camisa azul en tono suave y un blazer color azul marino, de tez clara y con barba desaliñada estilo leñador. Al instante me di cuenta que Lula había encontrado al afortunado que se la cogería.

El chico al notar que lo observábamos, se acercó a nosotros, se presentó y me comentó lo sexy que se veía Lula y continuó preguntándome si queríamos hacer un trío con él. Yo le respondí que solo ella podría responder a su pregunta. Después de preguntarle a mi esposa y decirle unas cuantas palabras más que no entendí por la música del lugar, Lula se acercó a mí para decirme que quería coger con "Beto" y al instante, me paré y le pregunté la chica del bar que si el lugar contaba con habitaciones privadas y ella me señaló con el dedo la habitación que estaba disponible. Cuando regresé a donde se encontraban Lula y Beto, ellos ya se encontraban en tremendo cachondeo. Aguardé un momento para dejar que mi esposa disfrutara de las caricias de su futuro corneador y para apreciar tal escena.

En un principio me sentí algo celoso, pero era tanto el morbo de lo que estaba viendo que me empecé a excitar y a sentir mi verga como se ponía dura por ver cómo el desconocido amigo rosaba los labios ya húmedos de la vagina de mi esposa. Sin perder más el tiempo, me acerqué a ellos y le dije que había un espacio disponible para nosotros. Se pararon y fue inevitable ver la erección de Beto provocada por los besos de Lula y por su caliente y mujada puchita.

Una vez dentro de la habitación, Lula nos pidió que Beto y yo la acariciáramos al mismo tiempo que le íbamos quitando la ropa. En frente de ella estaba Beto quien besaba con lujuria a mi esposa al mismo tiempo que con una mano le acariciaba sus pezones ya endurecidos de la excitación y con la otra le acariciaba la vagina por encima del diminuto y empapado short coctelero que llevaba puesto Lula esa noche. Yo me encontraba a espaldas de mi esposa, le daba ligeros mordiscos en la nuca, y acariciaba su espalda y apretaba sus nalgas. Poco a poco fuimos despojando de sus ropas a la ya caliente Lula, le desabotoné el short, mismo que cayó al suelo como si llevara prisa de hacerlo. Beto, rodeando el delgado y caliente cuerpo de mi esposa, le quitó el sostén y lo aventó hacia la cama.

Lula se encontraba cubierta unicamente por una micro tanga de tela translucida de color negro, que estaba más que mojada. Haciendo a un lado esa tanguita Beto y yo nos turnábamos para sentir lo excitada que se encontraba mi esposa al dedearla. Era tanta su excitación que entre los ojos entrecerrados y con gemidos ligeros pude sentir cómo llegó a su primer orgasmo. Fue entonces que la acerqué a la cama y recostándola sobre ella, comencé a desvestirme y Beto comprendió que era momento de desvestirse.

Mientras nuestro amigo desconocido terminaba de desvestirse sacó tres condones de su pantalón y los preparó para utilizarlos con mi esposa. Lula y yo seguíamos besándonos y yo le introducía mis dedos en la jugosa puchita que tenía. Le quité la tanga y comencé a lamer toda su zona genital, subía y bajaba lamiendo su clítoris, su vulva y ano preparando a mi esposa para recibir la verga de su primer single.

Para ese entonces Lula ya estaba más que caliente, deseaba sentir la verga del desconocido dentro de ella. Solo quería llegar al orgasmo al ser cogida por él, pero al voltear a verlo, me di cuenta que Beto no lograba conseguir una buena erección. Quizá por los nervios o por la experiencia con la que contaba que indicaba que debía mantenerse tranquilo ante cada encuentro. Por eso, para ayudar ante tal situación, les comenté que los dejaría solos un instante en lo que iba por unas bebidas. Lula estaba tan excitada que ni recordó que me había pedido que no la dejara sola en ningún momento.

Cuando regresé a la habitación Lula estaba mamando la verga del amigo y lo hacía con tanta devoción que esa verga lucía tan dura y brillosa por la saliva de mi esposa. Dejé las bebidas sobre la mesa y me acerqué a ellos para ofrecerle a mi esposa mi verga como una segunda opción para mamar. Ella con una mirada lasciva agarró mi verga y empezó a masturbarla con la mano sin sacarse la verga de Beto de su boca y así continuó durante algunos minutos, luego empezó a meterse en la boca una verga y luego la otra. Para ese entonces los tres ya estábamos muy calientes y le pedí a mi esposa que se recostara sobre la cama e invité a Beto a que le chupara el coño, él accedió y yo le meti mi verga a Lula en la boca para que continuara dándome una de las mejores mamadas que me haya dado.

Me detuve un momento y le pregunté a Lula ¿Estás disfrutándolo amor? ¿Estás lista para sentir como te coge otro hombre? y ella apenas entre gemidos me respondió que sí. De inmediato Beto se puso el primer condón y así como estaba Lula comenzó a introducir su verga en la vagina bien dilatada de mi esposa. Esa era la primera vez que veía cómo el delicioso tesorito de mi esposa era penetrado por otro hombre, fue tan suave que parecía en cámara lenta y conforme iba entrando cada vez más profundo en ella, mi esposa se estremecía de placer, pude notar como se le erizaba la piel de placer. Beto le metía su erecta verga a mi esposa cada vez más rápido y con mayor intensidad. Ella recibía cada embestida con las piernas abiertas, la vagina hirviendo y mojada de puro placer. No me quedó de otra que sentarme al lado de ellos a observar con morbo tal escena.

Justo cuando Lula llegó a su segundo orgasmo me extendió la mano como en señal de aprobación y yo más que extasiado la tomé de la mano y sentí como ella apretaba la mía en el momento en que llegó al clímax. Volteo a ver a Beto quien todo sudoroso por la intensidad con la que se cogía a mi esposa me regresa la mirada y me regala una sonrisa que interpreté como de aprobación y agradecimiento por haberle compartido a mi esposa y termina jadeando llenando el condón de semen.

Después de esa primera embestida que le propinó Beto a mi esposa, ella seguía caliente, se notaba que quería sentir más verga destrozando su jugosa vagina. Fue entonces cuando empecé a lamer todos los jugos que derramaba provocados por los orgasmos que aún seguía sintiendo mi esposa. El sabor a condon, la idea de que por ahí había entrado otra verga que no era la mía y la realidad del momento me excitó tanto que le pedí a Lula que se volteara en posición de perra y que me abriera sus nalgas para poder cogérmela. Ahora era mi turno.

Mientras me cogía a mi esposa como la perrita que le gustaba ser, ella le pidió a Beto que se acercara para chuparle la verga y mientras yo la penetraba, Beto le apretujaba las nalgas, se las separaba para que yo pudiera penetrarla lo más profundo que pudiera. Comencé a jalar del cabello de mi esposa y a empujarla contra la verga de Beto. Cuando Beto se recuperó de la cogida anterior, yo me hice a un lado para cederle mi lugar y así continuaran con la segunda cogida a mi hermosa, pero putita esposa.

Esa noche nuestro amigo desconocido y yo nos cogimos a mi esposa varias veces. Nos intercambiamos de lugar para disfrutar del cuerpo de ella. Ella no hacía más que disfrutar del momento, se introducía una y luego la otra verga, le daba sentones de frente a uno y luego de espalda al otro, abría sus piernas y contraía su pelvis para sentir al máximo cada penetrada que le dábamos.

Una vez que terminamos de complacer la fantasía de mi esposa, Beto nos acompañó hasta la salida del club y nos confesó su edad y que en realidad no era single, que estaba casado pero que a su esposa no le gusta el ambiente liberal y que esa noche se había salido como en otras ocasiones diciéndole a su esposa que se reuniría con los amigos del equipo de fut bol. 

Camino a casa, los primeros minutos fueron de un intenso silencio hasta que decidí romperlo diciéndole que me había encantado lo que habíamos hecho y que me gustaría seguir haciéndolo. Lula me respondió con un suspiro de alivio que también le había gustado mucho y que si quería seguir disfrutando del ambiente liberal, pero que lo que nos comentó Beto al salir la incomodó un poco porque no se le hizo justo que Beto engañara a su esposa de esa forma y terminó diciéndome que si yo la llegaba a engañar de esa forma no me lo perdonaría nunca y me propuso que nuestro siguiente encuentro fuera con una chica sola o en su defecto con una pareja para que yo también tuviera la oportunidad de disfrutar con otras mujeres. Se lo agradecí y nos dimos un beso tan largo que comencé a excitarme y a acariciar su entrepierna, pero ella me detuvo diciéndome que esta vez no podría aguantar una cogida más, que la disculpara y que al amanecer me lo recompensaría con un rico mañanero.

Y así fue amigos, amaneció y Lula me despertó con una rica mamada y nos pusimos a coger recordando lo que habíamos hecho la noche anterior. Lo que hicimos dió comienzo a nuestro nuevo estilo de vida liberal.

Esperamos leer sus comentarios. Saludos.